lunes, 10 de diciembre de 2007

MI HIJO MATEO... UN SER PEQUEÑITO PERO INMENSO


Cuan verdadero es; que ningún hijo por igual crianza que tenga con su hermano es igual. En mi caso; he de reconocer, que hasta que no ví y sentí crecer mi vientre por segunda vez; no creía mucho en eso; conideraba que dos niños educados por los mismos padres; llegados bajo las mismas circunstancias; con el mismo amor; no podrían ser muy diferentes y sin embargo...me equivoqué. Un tiempo después de la llegada de Marcos; con su papá decidimos tener otro bebé y muy poco tiempo después Dios bendijo nuestro hogar nuevamente, con la llegada de Mateo. El embarazo fue muy distinto al de Marcos; igual que todo él; sin embargo, sus ojitos llenos de picardía haciendo juego con sus mil morisquetas, su pelito crespo; que a modo de broma es comparable con un cepillo; sus mil travesuras diarias; su araganería para hablar; la ternura con la que gesticula con todo su cuerpito para hacerse entender; su carita de satisfacción cuando recibe aquello que espera; todo él me llena de ternura y me emociona. Son tan diferentes; pero ambos, a su manera; son capaces de arrancarme una sonrisa en el peor momento y de provocar mis lágrimas de felicidad con solo sus miradas.
Mateo... cuanta mezcla de ternura y torbellino a la vez; genera mil emociones en solo segundos; todo en él es así; cariñoso? sí, lo es. Peleador? también. Dulce e iquieto; demandante, pero...no lo agovies; mimos y besos...cuando él lo quiere, sino, te aparta con su mano gordita y se retira; como puede suceder que en un segundo te abrase y te bese hasta gastarte.
El cambió mi vida; pues cuando creí que era imposible ser más dichosa...llegó él, dándole a mi existencia una importantísima e invalorable misión: ser su mamá y por eso estoy muy agradecida a Dios; porque sin dudas es un regalo del cielo.-
Que hermoso y que avalancha de emociones me genera ver y descubrir que en ese ser tan pequeñito se guarde tanta inmensidad; porque lo veo crecer día a día y no hablo de su cuerpito, que en efecto lo hace; sino que me refiero a el como personita; enviada para hacerme la más dichosa de todas las madres... y créanme que es así.
Aún hay ocasiones en las que dudo, si soy la mamá que él necesita; si sabré darle todo aquello que necesite para convertirse en un hombre honesto, amorosos; pero sé que no estoy sola, pues cuento con los mejores compañeros y sin dudas con los mejores ejemplos que él pueda tener: su papá y su hermanito.-

Kidia.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Atrévete a soñar, que la fé y el libre albedrío son armas contra quienes nos quieren reprimir. DIOS quiere que busques tu felicidad en lo sencillo del diario vivir, y la vas a encontrar...

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